El tiempo cura todas las heridas me mintieron, mientras me lamía la sangre fresca.
Y me senté a esperar a que sanara.
Un día me levanté, harta de esperar. Pensé formas, ideé maneras para sanar. Y accioné. Pero no. La herida empeoraba.
El tiempo pasaba y yo cambiaba. Cambiaba de forma, de color, pero cuando un día desperté y había cambiado de sabor, me asusté.
Dibujo de Alfonso Barbieri
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