Todas las noches me desvisto frente al poster de Kill Bill.
Hoy lo miro por primera vez en mucho tiempo.
Con el torso desnudo paso mi dedo por el cuello infinito de Uma y dejo marca en la imagen, carretera perdida.
Agarro un extremo y cae, anciano clavo.
El poster se inclina dejando ver el comienzo de una mancha de humedad añeja, profunda, oscura, pictográfica.
Se detiene el tiempo y se adhiere a la humedad.
El tiempo húmedo es misterio, mística, misterio.
Expectante ante la imagen que se anuncia, libero las demás esquinas del poster.
Y ahí está.
Cual sudario de ateo se me revela: la mancha.
Hoy lo miro por primera vez en mucho tiempo.
Con el torso desnudo paso mi dedo por el cuello infinito de Uma y dejo marca en la imagen, carretera perdida.
Agarro un extremo y cae, anciano clavo.
El poster se inclina dejando ver el comienzo de una mancha de humedad añeja, profunda, oscura, pictográfica.
Se detiene el tiempo y se adhiere a la humedad.
El tiempo húmedo es misterio, mística, misterio.
Expectante ante la imagen que se anuncia, libero las demás esquinas del poster.
Y ahí está.
Cual sudario de ateo se me revela: la mancha.
Comentarios
cuidado, estimada, las manchas pueden contener un mensaje (el mensaje de que es hora de llamar al casero o putear al de arriba)
Pocas actrices me gustan más que Uma en kill bill. Talvez Uma en Pulp fiction. Pero siempre Uma, siempre Uma.
Debo tener el sentido de lo mágico demasiado desarrollado.
Vic, Uma y su cuello infinito. Qué más hay. Nada