Día 2
- Amiga, necesito hablar con vos.
- ¿Qué pasa nena? ¿Cómo andás?
- Maso. Estoy preocupada.
- ¿Por qué?
- Tengo un atraso de dos días.
- Ay ¡Dos días! No seas ridícula.
- Pero siempre se me adelanta. Así que en realidad tengo 5 días de atraso.
- Te darías cuenta si estuvieras embarazada.
- ¡Ni lo digas! Usá otra palabra que me da impresión.
- Ay, ¡Qué tarada!
- Pero es verdad. Me daría cuenta.
- ¿Te sentís preñada?
- No.
- ¿Se cuidaron?
- Claro. Salvo una vez. El primer día de mi último período.
- Pero estabas indispuesta
- Si. Pero apenas. Casi nada.
- Pero estabas menstruando.
- Si. Pero hay casos en que menstruas y ovulas al mismo tiempo.
- Aja. ¿Y vos serías esa excepción?
- ¡Por qué no!
- Amiga, no sos tan especial.
Día 3
- ¿Y amiga? ¿Cómo va?
- Para el orto. No me bajó.
- ¿Las tetas cómo las tenés?
- Normales.
- ¿Los pezones? ¿Más grandes? ¿Oscuros?
- No.
- Entonces tranqui. Cuando te cambian las tetas estás hasta las tetas.
- OK. Gracias. Para que creo que... me está bajando.
- A ver. Anda a fijarte.
- ¡Mierda! no era.
Día 4
- Hola amiga. Te vine a ver. Esto desbordaba el chat.
- Si. Ya si.
- ¿Y?
- Nada, niente, nothing, rien de rien.
- Bueno. Tranquila.
- Mi ex se muere.
- Bueno, pero estuvieron juntos mucho tiempo. Había mucho amor. Digo, no es tan tan grave.
- Exacto. Mi ex se muere porque no es de él.
- Mierda.
- Exacto.
- Largue amiga, que me está escatimando información.
- Adiviná.
- No me digas que es del quetejedi.
- Aja.
- Pero...
- Si, lo volví a ver.
- ¿Antes o después?
- No. Después de la separación. Vino en las vacaciones. Estuvo un mes.
- ¿Y? ¡Ay, qué lindo! ese chico es un amor. Con él te tendrías que haber casado.
- Pero ¡Qué decís! si es un nómada hippie de mierda que anda perdido por ahí. De hecho qué se yo dónde está ahora. Y además estoy engordando, ¡Mierda!
- Pero si no has parado de comer desde que llegué amiga. Frutita y galletas light pero no paras. Tranqui que ponerse ansiosa solo empeora las cosas.
- ¿Ansiedad o antojo?
- Boludez amiga, boludez.
- ¿Sabes qué? Hoy vi ¡Cinco embarazadas en la calle! ¡Cinco!
- Ahora, ¿no se cuidaron?
- Si, pero igual. ¡Qué chabón pelotudo! Me querés decir qué hago yo con un crío de un tipo que no vi en ocho años, con el que cogí solo un mes porque se iba de viaje, yo recién separada, él viviendo en la relomada del orto y con esa cara de pelotudo y yo que acepté esa invitación, ¡Mierda! ¿Te acordás lo que solía decir yo?
- ¿Qué parte?
- ¿Que si me pasaba esto no iba a ser por boluda sino porque me tenía que pasar, por el destino, los astros o las bolas de Mahoma? ¿Te acordás?
- Si, recuerdo.
- Bueno amiga. Me pasó por boluda. Tendría que haber aceptado ese café.
- ¿Qué café?
- El que me ofreció después de comer. Ese café me habría dado el tiempo suficiente para saber dónde me estaba metiendo.
- Dónde estabas reincidiendo, amiga.
- ¡Mierda! Dejame que te diga algo. Esto del sexo libre no es joda. ¿Cuánto dura un orgasmo? si es que llegamos claro. ¿Tres, cuatro segundos?
- Algo así.
- ¿Te parece a vos cagarse la vida por un segundo de placer? ¿Eh? No. Porque ponele que pintó estar con un chabón una noche y se te rompe el forro. ¿Qué hacemos? ¿Mmm? ¿Qué hacemos? ¡Y ni hablar de los bichos que andan dando vuelta! el HPV, HIV, y todas esas mierdas que, por supuesto, son más perjudiciales para nosotras porque estamos en edad de riesgo y qué se yo qué más. No, no vale la pena. No voy a coger más. Hasta que no encuentre alguien con el que diga, con este podría formar una familia, casual o planeada, no cojo más, amiga.
- Ahora. ¿Estamos hablando del mismo chico con el que casi tienen una relación pero él acababa de aceptar un laburazo en México y el que después apareció pero vos te estabas por casar?
- Si. Ese. Sabes que es él. Y es también el hincha pelotas y cabeza dura, nómada, inestable, cara de nabazo.
- ¿Y es con el que me contabas que cogían tan bien y que había tanta química y con el que mejor la pasaste en tu vida?
- Aja.
- ¿Y es el mismo que te dijo que no te casaras porque te amaba y que por vos se volvía a Argentina a pesar del super trabajo, casa, autos, tequilas y tacos que tenía allá?
- Si.
- ¿Y cómo estuvo el rencuentro?
- Bien, qué se yo. Bien.
- ¿Se mantuvo la química?
- Si, che.
- ¿Y él sigue enamorado?
- Así parece.
- ¿Y cómo quedaron ahora?
- Le corté el rostro. Le dije que no quería una relación, que el momento ya había pasado.
- Pero ponele que estás embarazada. ¿Cómo decís que reaccionaría?
- Mirá. En un momento estábamos en la cama y me tiró en chiste que se había roto el forro y que qué lindos hijos íbamos a tener. Yo casi le doy con algo. Y me empezó a decir que nunca me dejó de amar y que se quiere volver a Argentina para estar conmigo y tener la relación que quedó colgada.
- ¿Y qué le respondiste?
- ¡Que ni en pedo! Mirá si se viene y no resulta y tengo que cargar con otro cuerpo. No.
- ¿Y te parece que no resultaría?
- No se. Qué se yo.
- Pero si estuvieras embarazada ¿cómo te sentirías vos?
- Mirá. La verdad es que, en comparación con otros sustos, cuando estaba casada, por ejemplo, estoy mucho menos estresada ahora.
- ¿Si? a lo mejor es porque con él te sentís tranquila. A lo mejor la tranquilidad te viene por las cosas que te dijo antes de irse.
- A lo mejor. ¡Pero esto cambia todos mis planes!
- Y si. Pero si él se viene ya no sería tan grave la situación, ¿no?
- No. Sería... mejor. Porque es verdad que a los dos nos quedó ese capítulo trunco.
- Exacto.
- Y que voy a cumplir 30 años.
- Aja.
- Y que Alejandro ya está en pareja de nuevo.
- Si.
- Pará que me hago pis.
- Dale.
- ¡Mierda!
- No te bajó tampoco.
- No. Si, si me bajó.
- Amiga, necesito hablar con vos.
- ¿Qué pasa nena? ¿Cómo andás?
- Maso. Estoy preocupada.
- ¿Por qué?
- Tengo un atraso de dos días.
- Ay ¡Dos días! No seas ridícula.
- Pero siempre se me adelanta. Así que en realidad tengo 5 días de atraso.
- Te darías cuenta si estuvieras embarazada.
- ¡Ni lo digas! Usá otra palabra que me da impresión.
- Ay, ¡Qué tarada!
- Pero es verdad. Me daría cuenta.
- ¿Te sentís preñada?
- No.
- ¿Se cuidaron?
- Claro. Salvo una vez. El primer día de mi último período.
- Pero estabas indispuesta
- Si. Pero apenas. Casi nada.
- Pero estabas menstruando.
- Si. Pero hay casos en que menstruas y ovulas al mismo tiempo.
- Aja. ¿Y vos serías esa excepción?
- ¡Por qué no!
- Amiga, no sos tan especial.
Día 3
- ¿Y amiga? ¿Cómo va?
- Para el orto. No me bajó.
- ¿Las tetas cómo las tenés?
- Normales.
- ¿Los pezones? ¿Más grandes? ¿Oscuros?
- No.
- Entonces tranqui. Cuando te cambian las tetas estás hasta las tetas.
- OK. Gracias. Para que creo que... me está bajando.
- A ver. Anda a fijarte.
- ¡Mierda! no era.
Día 4
- Hola amiga. Te vine a ver. Esto desbordaba el chat.
- Si. Ya si.
- ¿Y?
- Nada, niente, nothing, rien de rien.
- Bueno. Tranquila.
- Mi ex se muere.
- Bueno, pero estuvieron juntos mucho tiempo. Había mucho amor. Digo, no es tan tan grave.
- Exacto. Mi ex se muere porque no es de él.
- Mierda.
- Exacto.
- Largue amiga, que me está escatimando información.
- Adiviná.
- No me digas que es del quetejedi.
- Aja.
- Pero...
- Si, lo volví a ver.
- ¿Antes o después?
- No. Después de la separación. Vino en las vacaciones. Estuvo un mes.
- ¿Y? ¡Ay, qué lindo! ese chico es un amor. Con él te tendrías que haber casado.
- Pero ¡Qué decís! si es un nómada hippie de mierda que anda perdido por ahí. De hecho qué se yo dónde está ahora. Y además estoy engordando, ¡Mierda!
- Pero si no has parado de comer desde que llegué amiga. Frutita y galletas light pero no paras. Tranqui que ponerse ansiosa solo empeora las cosas.
- ¿Ansiedad o antojo?
- Boludez amiga, boludez.
- ¿Sabes qué? Hoy vi ¡Cinco embarazadas en la calle! ¡Cinco!
- Ahora, ¿no se cuidaron?
- Si, pero igual. ¡Qué chabón pelotudo! Me querés decir qué hago yo con un crío de un tipo que no vi en ocho años, con el que cogí solo un mes porque se iba de viaje, yo recién separada, él viviendo en la relomada del orto y con esa cara de pelotudo y yo que acepté esa invitación, ¡Mierda! ¿Te acordás lo que solía decir yo?
- ¿Qué parte?
- ¿Que si me pasaba esto no iba a ser por boluda sino porque me tenía que pasar, por el destino, los astros o las bolas de Mahoma? ¿Te acordás?
- Si, recuerdo.
- Bueno amiga. Me pasó por boluda. Tendría que haber aceptado ese café.
- ¿Qué café?
- El que me ofreció después de comer. Ese café me habría dado el tiempo suficiente para saber dónde me estaba metiendo.
- Dónde estabas reincidiendo, amiga.
- ¡Mierda! Dejame que te diga algo. Esto del sexo libre no es joda. ¿Cuánto dura un orgasmo? si es que llegamos claro. ¿Tres, cuatro segundos?
- Algo así.
- ¿Te parece a vos cagarse la vida por un segundo de placer? ¿Eh? No. Porque ponele que pintó estar con un chabón una noche y se te rompe el forro. ¿Qué hacemos? ¿Mmm? ¿Qué hacemos? ¡Y ni hablar de los bichos que andan dando vuelta! el HPV, HIV, y todas esas mierdas que, por supuesto, son más perjudiciales para nosotras porque estamos en edad de riesgo y qué se yo qué más. No, no vale la pena. No voy a coger más. Hasta que no encuentre alguien con el que diga, con este podría formar una familia, casual o planeada, no cojo más, amiga.
- Ahora. ¿Estamos hablando del mismo chico con el que casi tienen una relación pero él acababa de aceptar un laburazo en México y el que después apareció pero vos te estabas por casar?
- Si. Ese. Sabes que es él. Y es también el hincha pelotas y cabeza dura, nómada, inestable, cara de nabazo.
- ¿Y es con el que me contabas que cogían tan bien y que había tanta química y con el que mejor la pasaste en tu vida?
- Aja.
- ¿Y es el mismo que te dijo que no te casaras porque te amaba y que por vos se volvía a Argentina a pesar del super trabajo, casa, autos, tequilas y tacos que tenía allá?
- Si.
- ¿Y cómo estuvo el rencuentro?
- Bien, qué se yo. Bien.
- ¿Se mantuvo la química?
- Si, che.
- ¿Y él sigue enamorado?
- Así parece.
- ¿Y cómo quedaron ahora?
- Le corté el rostro. Le dije que no quería una relación, que el momento ya había pasado.
- Pero ponele que estás embarazada. ¿Cómo decís que reaccionaría?
- Mirá. En un momento estábamos en la cama y me tiró en chiste que se había roto el forro y que qué lindos hijos íbamos a tener. Yo casi le doy con algo. Y me empezó a decir que nunca me dejó de amar y que se quiere volver a Argentina para estar conmigo y tener la relación que quedó colgada.
- ¿Y qué le respondiste?
- ¡Que ni en pedo! Mirá si se viene y no resulta y tengo que cargar con otro cuerpo. No.
- ¿Y te parece que no resultaría?
- No se. Qué se yo.
- Pero si estuvieras embarazada ¿cómo te sentirías vos?
- Mirá. La verdad es que, en comparación con otros sustos, cuando estaba casada, por ejemplo, estoy mucho menos estresada ahora.
- ¿Si? a lo mejor es porque con él te sentís tranquila. A lo mejor la tranquilidad te viene por las cosas que te dijo antes de irse.
- A lo mejor. ¡Pero esto cambia todos mis planes!
- Y si. Pero si él se viene ya no sería tan grave la situación, ¿no?
- No. Sería... mejor. Porque es verdad que a los dos nos quedó ese capítulo trunco.
- Exacto.
- Y que voy a cumplir 30 años.
- Aja.
- Y que Alejandro ya está en pareja de nuevo.
- Si.
- Pará que me hago pis.
- Dale.
- ¡Mierda!
- No te bajó tampoco.
- No. Si, si me bajó.
Comentarios
pas ti llas
pas ti llas
no más sustos, el año pasado me tuve que tomar dos del día dps en dos semanas y yo creo que sigo viva porque tengo un gran ojete
o sea que pas ti llas
pas tillas
pas ti llas
estimada, ya tengo casa, la espero en barcelona con la playita y si me da parámetros le voy buscando novio y todo
jeje