Y ahí estabas viniendo hacia mí, que te miraba desde el corazón en el fuego, caída en el sueño, la tierra en la piel manchaba blancura, mi incredulidad.
Vos, tan feliz y reluciente y yo, esperándote por las vidas de las vidas, amén.
Te hice prometerlo. Prometémelo, prometémelo Prometerlo.
No te hablo a vos sino a vos.
La próxima me buscas vos.
¿Qué es el tiempo?
Sábana donde deslizarse y volver
revoloteando entre lo imposible y lo inevitable.
No falta nada.
Estamos.
A la vuelta de la esquina estamos.
Seremos, por las vidas de las vidas, será
trazo tu piel, espuma tu mejilla, vapor en los ojos, tibieza, ya está.
Y ruge que ruge rugiendo vendrá el corazón,
el fuego
saltarás, corazón, del sueño
la tierra en la piel
sacará la blancura
incredulidad.
Comentarios
Suele pasar.........
Un abrazo de oso.