Lo que te quería decir no fue lo que salió de mi boca. Esos fueron sonidos cobardes, por favor borralos no los repitas que no te vuelvan.
Quería decirte que la ansiedad se me dispara y que no he sido capaz de dormir, ni de comer, para el caso.
Que el sueño se me pasa de largo sin aterrizar en el cuerpo.
Que 3 horas son suficientes y me despierto en el medio de la noche con vos pero vacía.
Que no necesito vitaminas ni sueño ni agua ni mar.
Que ya no quiero estudiar ni creer ni crecer.
Que todas los deseos y necesidades fueron remplazados por vos.
Quería decirte eso y que el viaje va por dentro.
Que sí, vale, es todo tan desproporcionado pero qué hacerle al corazón contento. ¿Contento? contento, dice. Que de adolescentes nos pasamos. ¿De largo? No, no pasó de largo. Evidentemente las estaciones repiten lo que en ellas se repite y traen la desproporción del amor solitario.
Quería que supieras todo lo que sé, ahora que pasó el tiempo. ¿Que pasó el tiempo? Pasó, dice.
Decirte que pensé que sería diferente, que no quería que lo mismo volviera a suceder
pero acá estamos.
De nuevo acá estamos.
tratando de sobrevivir los días
y todo este dolor, todo este amor
y el amanecer se hace pesado porque ni en los sueños estoy a salvo,
parece como si lo hubiera soñado y lo hubiera traído a la vida desde el otro mundo
¿Es acaso posible? que se fundan los ojos cerrados con los ojos abiertos con tanta sintonía.
Pues acá estamos,
de nuevo tratando de sobrevivir los días
y todo este dolor, todo este amor
y otro nuevo día.
El tiempo del amor es cruel. No pasa y cuando llega está vacío.
Quería decirte esto y hacer una pregunta al aire
Me aferro, por qué
el miedo al presente eterno
dedicándote todo este tiempo y espacio
y acá estoy de nuevo, desproporcionada.
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