Paolo
Genovese es el director italiano con más trascendencia comercial en la
actualidad y, de no reconocer su nombre, seguro sonará su penúltima película: Perfectos
desconocidos, un boom no solo comercial sino a nivel de adaptaciones en
diferentes formatos (que incluyen el homónimo film español dirigida por Alex de
la Iglesia y, en Argentina, una obra de teatro dirigida por Guillermo
Francella)
En este
caso, Genovese vuelve a indagar en la profundidad de los deseos y búsquedas de
los personajes y los lleva un poco más lejos bajo una premisa fáustica que
queda a mitad de camino.
Un solo
escenario: un bar donde El Hombre (un magistral Valerio Mastandrea) atiende a
una variedad de personajes que llegan con un objetivo en forma de deseo, desde
ser más bella hasta salvarle la vida a un hijo moribundo.
A
cambio se les propone hacer algo que es, la mayoría de las veces, terrible.
Este Hombre es una suerte de gestor administrativo de esta dinámica que está
mediada por una enigmática agenda. Ahí él escribe lo que los personajes buscan
y, sobre todo, sienten, la cierra y al volver a abrirla aparecen las acciones
que éstos deben hacer para que su deseo sea concedido. Queda a libre intuición
del espectador si el responsable final de esta dinámica es una entidad benigna o
maligna.
Los oportunistas es una
adaptación de una serie norteamericana de 2011 llamada "The
Booth At The End", es decir, la cabina del fondo. Ahora, si el espectador
no tiene información previa antes de ver el film ni conoce esta referencia es
muy probable que quede fuera.
Los
Oportunistas es, al igual que Perfectos Desconocidos, una película de guion y
de actuación. Y en esta ecuación tan clásica del cine sin efectos especiales es
fundamental que ambas dos funcionen lo mejor posible. Es decir que, dentro del
universo de la película, las reglas que rigen las acciones estén claras para
que la historia avance y se comprometa al espectador.
Sin
embargo, aquí casi todo falla. La premisa queda muy poco clara, las historias
tienen una lógica discontinuada y los personajes son poco profundos. Y el
título en español es tan desconcertante como inexacto. ¡Ah! La música, ¡la
música! un hermoso ejemplo de qué no hacer con ella. Efectista y sin sentido
incluye canciones en inglés cuya letra y tono poco tienen que ver con lo que se
está viendo. Quizás una referencia que pretende invocar lo norteamericano de la
serie original, como sí lo es la cantina estilo americana donde todo sucede.
Los
oportunistas no problematiza con nada ni conmueve pero, por lo menos, no tiene
moraleja.
País:
Italia.
Dirección:
Paolo Genovese
Elenco:
Valerio Mastandrea, Alba Rohrwacher, Marco Giallini
Duración:
105 minutos
Publicada
originalmente en La voz del Interior, edición impresa.
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